Ciencia y Salud

La crisis climática en diez gráficas

Gianna Grün | Rodrigo Menegat Schuinski | Michel Penke La cumbre sobre el clima de la ONU en Bakú vuelve a poner de relieve la crisis climática. Les mostramos los hechos más importantes sobre los cambios que ha experimentado el planeta. https://p.dw.com/p/42Udd Publicidad Por vigésimo novena vez, los gobernantes del mundo debaten sobre las causas y efectos del cambio climático. Las siguientes cinco preguntas y respuestas muestran cuánto ha cambiado nuestro planeta. 1. ¿Qué región emite más CO2? Cada vez más Gobiernos se comprometen a transformar sus economías, para que sean neutras en emisiones carbono en los próximos 10 a 30 años. Pero mientras las emisiones se estabilizan en Europa y América, aumentan en Asia y África. El siguiente gráfico muestra cuán grande debería ser el cambio económico, para que se pueda hablar de neutralidad de carbono. Sin embargo, no basta con mirar la cantidad absoluta de emisiones, porque, sobre todo en los países asiáticos, la población ha crecido enormemente en las últimas décadas: cuanta más gente, mayor consumo de recursos. Si relacionamos las emisiones de CO2 con el tamaño de la población, aparece una imagen completamente diferente. Los países occidentales, como Estados Unidos y Australia, pero también Estados de otras partes del mundo como Rusia, Arabia Saudita, Omán, Qatar y Mongolia, encabezan la lista de los mayores emisores. Entonces, ¿quién debe hacer más para reducir las emisiones de CO2? Los expertos argumentan que no todas las naciones deben rendir cuentas por igual y que el poder económico y el bienestar deben también tenerse en cuenta. Si se desglosan las emisiones per cápita de los países por grupo de ingresos (observemos la gráfica a continuación), se puede comprobar que cuanto mayor es el ingreso promedio, mayores son las emisiones per cápita. Países con altos ingresos y altas emisiones, como Qatar, emiten mucho más CO2 per cápita que países como Alemania o Francia, a pesar de que están en el mismo grupo de ingresos. 2. ¿Cuáles son las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero? El poder económico y las emisiones de CO2 están estrechamente relacionados, lo que no es sorprendente ya que el sector industrial es responsable de un 28 por ciento de todos los gases de efecto invernadero. Con un 28 por ciento, el sector energético es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero como el CO2, el metano y el dióxido de nitrógeno. 3. ¿Cómo han cambiado las emisiones de CO2 en los últimos siglos? Desde el comienzo de la industrialización, las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles han seguido aumentando. Al principio, no fue tan problemático: la Tierra absorbía cada tonelada adicional de CO2 que producían los seres humanos, en “sumideros de carbono” naturales como los bosques y los océanos. Entretanto, sin embargo, los seres humanos producen mucho más CO2 y otros gases de efecto invernadero que lo que pueden absorber los ecosistemas del planeta de forma natural. Esto significa que la cantidad de CO2 que queda atrapada en la atmósfera aumenta constantemente (como muestra el área roja en la siguiente gráfica). 4. ¿Cuánto se ha calentado ya la Tierra? La creciente cantidad de partículas de CO2 en la atmósfera encapota al planeta. La luz solar y el calor penetran la atmósfera, pero no vuelven a salir. La Tierra se está calentando cada vez más por el efecto invernadero. En comparación con el promedio del siglo XX, la temperatura global ha aumentado ahora por 1.2 grados Celsius, de manera pronunciada en los últimos años. Un grado en el promedio global significa cambios drásticos a nivel local. Porque el promedio de “solo” un grado se determina a partir de todas las desviaciones de temperatura en el mundo. La diferencia puede ser mucho mayor a nivel local o en  determinados meses. Así, por ejemplo, el mes de septiembre de 2024 fue casi dos grados más cálido que el mes de septiembre de 1956.   Estos aumentos de temperatura también elevan el promedio mundial y tienen consecuencias de gran alcance: zonas de calor extremo, cosechas echadas a perder, tormentas e inundaciones más frecuentes y más intensas. Uno de los efectos más obvios es el aumento del nivel del mar: las temperaturas más cálidas hacen que los polos y los glaciares se derritan, aumentando la cantidad total de agua en los océanos. 5. ¿Cuánto ha subido ya el nivel del mar? Según la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO), la agencia estatal de Australia para la investigación climática, el nivel del mar ha aumentado casi 25 cm en los últimos 140 años. Aproximadamente un tercio de este aumento se ha producido solo en los últimos 25 años. El aumento del nivel del mar está ocurriendo en todo el mundo, pero la tendencia se está intensificando en el Ártico, que se está calentando más rápido que otras regiones. La propiedad térmica del agua de expandirse cuando se calienta también contribuye al aumento del nivel del mar. De manera similar al aumento global de la temperatura, también existen diferencias regionales en el aumento global del nivel del mar: algunas áreas se ven más afectadas que otras. (rmr/rml/vt/ers, actualizado)

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Reviven con éxito cerebro de un cerdo después de su muerte

La clave para revivir un cerebro muerto podría estar más cerca de lo que imaginamos. Un equipo en China ha logrado reactivar cerebros de cerdos gracias a un inesperado aliado: el hígado. https://p.dw.com/p/4mETx Un equipo de científicos en China ha logrado un sorprendente avance médico al conseguir reactivar la actividad cerebral en cerdos hasta casi una hora después de la interrupción de su circulación sanguínea. ¿El secreto? Incorporar un hígado intacto al sistema de soporte vital durante la reanimación. El hallazgo, encabezado por el doctor Xiaoshun He de la Universidad Sun Yat-Sen, tiene el potencial de transformar el tratamiento de las paradas cardíacas. En estas situaciones, la interrupción del flujo sanguíneo priva al cerebro de oxígeno y nutrientes vitales, provocando isquemia cerebral en apenas unos minutos y con frecuencia dejando daños irreparables. Esta condición, que impacta a cerca de 1.000 personas al día solo en Estados Unidos, presenta una tasa de supervivencia alarmantemente baja, de entre un 8 y un 23 %, según reporta IFL Science. La carrera contra el tiempo Hasta ahora, los médicos se enfrentaban a una ventana de tiempo extremadamente estrecha para la reanimación: el cerebro solo puede resistir entre cinco y ocho minutos sin flujo sanguíneo antes de sufrir daños irreversibles, de acuerdo con un reporte de South China Morning Post. Esta condición ha sido uno de los mayores obstáculos en la supervivencia tras una parada cardíaca. Ahora, este nuevo estudio sugiere que podríamos tener más tiempo del que pensábamos. Los investigadores trabajaron con 17 minicerdos tibetanos de laboratorio, diseñando un ingenioso experimento en varias fases. Primero, compararon cómo respondían los cerebros cuando se sometían a isquemia con y sin afectación del hígado. Los resultados fueron reveladores: los cerebros que mantenían un hígado sano mostraban significativamente menos daño. Pero el verdadero avance llegó en la segunda fase. Los científicos desarrollaron un sistema de soporte vital que incorporaba un hígado sano de cerdo junto con un corazón y pulmones artificiales. Esta técnica, denominada “perfusión cerebral normotérmica asistida por hígado”, produjo resultados asombrosos. La investigación sugiere que el hígado podría ser clave en la reanimación cerebral tras una parada cardíaca.Imagen: magicmine/Zoonar/picture alliance Resultados sorprendentes El equipo experimentó conectando cerebros al sistema en diferentes intervalos de tiempo tras la privación de sangre: 30, 50, 60 y 240 minutos. El momento óptimo resultó ser a los 50 minutos, donde el cerebro no solo recuperó su actividad eléctrica, sino que la mantuvo durante seis horas completas hasta que se dio por finalizado el experimento. Incluso más sorprendente fue que los cerebros privados de oxígeno durante 60 minutos lograron mantener actividad durante tres horas, algo previamente considerado imposible. Los cerebros conectados al sistema con hígado mostraron niveles más bajos de la proteína S100-β, un indicador de daño cerebral, y sus cortezas cerebrales e hipocampos aparentaban estar más saludables que aquellos sin asistencia hepática. “Los resultados del presente estudio mostraron el papel crucial del hígado en la patogénesis de la lesión cerebral posterior a la parada cardiaca”, concluye el equipo en su estudio publicado en EMBO Molecular Medicine. “Estos hallazgos arrojan luz sobre una novedosa estrategia de reanimación cardio-pulmonar-hepática-cerebral”. Aunque es improbable que este método se aplique tal cual en pacientes humanos, entender el papel del hígado en la recuperación cerebral podría abrir nuevas vías para extender el tiempo disponible para la reanimación y mejorar las tasas de supervivencia, cambiando el paradigma de la respuesta médica a este tipo de emergencias críticas. Editado por Felipe Espinosa Wang con información de Science Alert, IFL Science, South China Morning Post y EMBO Molecular Medicine.

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