
Fuente de la imagen,SBU
Pie de foto,Imagen de uno de los ataques distribuida por el gobierno de Ucrania.
- Autor,Laura Gozzi y BBC Verify
- Título del autor,BBC News
Fue un ataque de un asombroso ingenio: sin precedentes, amplio y que se gestó durante 18 meses.
El domingo, más de 100 drones ucranianos atacaron bases aéreas dentro de Rusia y los objetivos fueron bombarderos rusos de largo alcance con capacidad nuclear.
La magnitud de la operación, llamada “Tela de araña”, se hizo evidente casi tan pronto como comenzó, con explosiones reportadas en varios husos horarios en el extenso territorio ruso, desde Murmansk, en el norte del Círculo Ártico, hasta la región de Amur, a más de 8.000 kilómetros de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó que los ataques ocurrieron en cinco regiones de Rusia: Murmansk, Irkutsk, Ivanovo, Ryazan y Amur, pero afirmó que los bombarderos solo habían sufrido daños en Murmansk e Irkutsk, mientras que en otros lugares los ataques habrían sido repelidos.
En fotos publicadas poco después del ataque, se puede ver a Vasyl Maliuk, el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), mientras observa un mapa satelital de campos de aviación en el que las bases en las ubicaciones mencionadas por Rusia son claramente identificables.

Fuente de la imagen,Servicio presidencial ucraniano/EPA-EFE/Shutterstock

La operación
Maliuk dijo que los drones fueron introducidos de contrabando en Rusia dentro de cabinas de madera montadas en la parte trasera de camiones, ocultas bajo techos desmontables operados de forma remota.
Los camiones fueron aparentemente conducidos a ubicaciones cercanas a las bases aéreas por conductores que, al parecer, no eran conscientes de la carga. Luego, los drones fueron lanzados y dirigidos hacia sus objetivos.
Videos que circulan en internet muestran drones saliendo del techo de uno de los vehículos involucrados. Un conductor de camión entrevistado por el medio estatal ruso Ria Novosti dijo que él y otros chóferes intentaron derribar con piedras los drones que salían de un camión.
“Estaban en la parte trasera del camión y lanzamos piedras para evitar que volaran, para mantenerlos en el suelo”, dijo.
Según informes no verificados del canal de Telegram ruso Baza, conocido por sus vínculos con los servicios de seguridad, los conductores de los camiones contaron historias similares sobre haber sido contratados por empresarios para entregar cabinas de madera en diversas ubicaciones de Rusia.

Algunos de ellos dijeron que luego recibieron instrucciones adicionales por teléfono sobre los lugares dónde debían estacionar los camiones. Una vez que lo hicieron, quedaron atónitos al ver que los drones salían de los vehículos.
En una publicación triunfal compartida en las redes sociales el domingo por la noche, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien supervisó directamente la operación, dijo que se habían utilizado 117 drones en el ataque, que tomó “un año, seis meses y nueve días” en prepararse.
También mencionó que una de las ubicaciones atacadas estaba justo al lado de una de las oficinas de los servicios de seguridad rusos.
Rusia dijo que hay varios detenidos en relación con los ataques, aunque Zelensky declaró que las personas que ayudaron a facilitar la operación “fueron retiradas del territorio ruso… ahora están a salvo”.
En una publicación de Telegram que fue eliminada, las autoridades locales de la ciudad de Ust-Kut, en la región de Irkutsk, informaron que buscan a un ucraniano de 37 años vinculado con el ataque de drones en el aeródromo militar de Belaya.

Los drones
Imágenes compartidas por el SBU muestran docenas de pequeños drones negros cuidadosamente guardados en cabinas de madera dentro de un almacén, que los blogueros militares rusos identificaron en un lugar en Chelyabinsk.
Steve Wright, un experto en drones con sede en el Reino Unido, dijo a la BBC que los drones utilizados para atacar los aviones rusos eran cuadricópteros simples que transportan cargas relativamente pesadas.
Agregó que lo que hizo que este ataque fuera “bastante extraordinario” fue la capacidad de introducirlos de contrabando en Rusia y luego lanzarlos y controlarlos de forma remota.
Wright concluyó que la conexión se logró gracias a un enlace transmitido a través de un satélite o de internet.
Zelensky dijo que cada uno de los 117 drones tenía su propio piloto.
Los drones estaban cuidadosamente guardados en cabinas de madera ocultas dentro de los camiones, confirmó el SBU.
Wright también sugirió que probablemente los drones pudieron volar utilizando GPS, pero también podrían haber superado las medidas de interferencia localizadas de Rusia pilotando los drones manualmente de forma remota.
Kyiv no ha compartido detalles sobre el origen de los drones, pero desde el inicio de la guerra, Ucrania se ha vuelto extremadamente eficiente en su fabricación, y es posible que el país haya producido los aparatos que se utilizaron en esta operación.

Fuente de la imagen,SBU
Los objetivos
“Rusia ha tenido pérdidas muy tangibles, y con razón”, dijo Zelensky en su discurso nocturno.
Según Ucrania, 41 bombarderos estratégicos fueron impactados y “al menos” 13 fueron destruidos. Moscú no ha confirmado ninguna pérdida de aeronaves más allá de indicar que algunos aviones habrían sido dañados.
Videos verificados por la BBC muestran aeronaves dañadas en la base aérea de Olenegorsk en Murmansk y en la base aérea de Belaya en Irkutsk.
Se cree que los bombarderos de misiles estratégicos atacados son, entre otros, el Tu-95, Tu-22 y Tu-160. Repararlos será difícil, y dado que ninguno está en producción, reemplazarlos es imposible.
Imágenes de radares satelitales compartidas por Capella Space revelan al menos cuatro bombarderos rusos de largo alcance gravemente dañados o destruidos en la base aérea de Belaya. Esto coincide con imágenes de drones ucranianos que también muestran un ataque a un bombardero Tu-95.
“De acuerdo con las leyes y costumbres de la guerra, hemos trabajado objetivos absolutamente legítimos: campos de aviación y aviones que bombardean nuestras ciudades pacíficas”, dijo el jefe del SBU, Vasyl Malyuk.
Se dice que los bombarderos Tu-95 lanzaron un ataque masivo con misiles Kh-101 en Ucrania apenas la semana pasada. Cada bombardero puede llevar ocho misiles de crucero guiados y cada misil lleva una cabeza explosiva de 400 kilogramos.

Se informó que aviones espía militares A-50 también fueron atacados. Son aeronaves valiosas que aumentan la capacidad de Rusia tanto para interceptar misiles ucranianos como para lanzar sus propios ataques.
No se sabe cuántos A-50 tiene Rusia, pero en febrero de 2024, el jefe de inteligencia militar, Kyrylo Budanov, estimó que eran ocho, por lo que cualquier pérdida o daño podría ser un golpe serio para Moscú.
En una publicación en las redes sociales, el SBU dijo que la operación “Tela de araña” le supondrá a Rusia pérdidas de US$7.000 millones.
Los medios estatales rusos permanecieron en silencio sobre los ataques, con programas de televisión en horario estelar que sólo citaban declaraciones de las autoridades regionales. Para el lunes por la mañana, la historia había desaparecido de los boletines.
En internet y más allá, los ucranianos celebraron y uno de ellos elogió la operación como “titánica”.
“Por supuesto, no todo se puede revelar en este momento”, escribió Zelensky en Telegram, “pero estas son acciones ucranianas que sin duda estarán en los libros de historia”.
Con reportería adicional de Kumar Malhotra, Tom Spencer, Richard Irvine-Brown, Paul Brown y Benedict Garman.
“Un verdadero desastre”: cómo afectará a la capacidad de combate de Rusia la destrucción de sus bombarderos por parte de Ucrania

Fuente de la imagen,Getty Images
- Autor,Juan Francisco Alonso
- Título del autor,BBC News Mundo
Ucrania volvió a sorprender a Rusia y al mundo con un ataque como salido de un guion de Hollywood.
Tras acciones como la invasión de parte de la región fronteriza de Kursk, hundir el buque insignia de la Armada rusa, el Moskva, destruir varias refinerías de petróleo y volar una sección del puente que conecta la península de Crimea con Rusia, ahora también han atacado al orgullo de la aviación del Kremlin.
Grupos comando ucranianos se infiltraron dentro del territorio enemigo y lanzaron el domingo 1 de junio decenas de drones armados contra cuatro bases aéreas en las que está estacionada parte de la flota rusa de bombarderos estratégicos.
“Rusia sufrió pérdidas significativas, justificadas y completamente merecidas”, declaró el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quien aseguró que la operación realizada por sus servicios de inteligencia “indudablemente terminará en los libros de historia”.
Fuentes de Kyiv, blogueros rusos partidarios del Kremlin y expertos independientes informan de la destrucción total o parcial de varios aviones. Y aunque difieren en el número de naves afectadas, todos coinciden en que es un duro golpe para la aviación militar, la cual verá reducida “significativamente” su capacidad de combate.

Fuente de la imagen,Getty Images
Sobre los objetivos
Una lluvia de drones armados cayó sobre las bases áreas de Belaya, en la provincia oriental de Irkutsk (Siberia); en la de Olenya, en la norteña región de Múrmansk, cerca de la frontera con Noruega; y en las de Dyagilevo y de Ivánovo, ubicadas en el centro del país.
Unos videos difundidos por el SBU, el servicio de inteligencia ucraniano, muestran cómo, a plena luz del día, los enormes aviones, que estaban estacionados en las pistas de aterrizaje de los aeródromos, comienzan a estallar de repente.
El presidente ucraniano aseguró que 40 aparatos fueron destruidos, lo cual de ser cierto supondría que un tercio o más de la flota rusa ha sido inutilizada.
A partir de imágenes satelitales y videos, el servicio ruso de la BBC contabilizó entre 11 y 12 aeronaves dañadas.
Algunos medios especializados y expertos cifran entre 90 y 120 el número de bombarderos estratégicos que posee Rusia.
Entre los aviones neutralizados figuran los Túpolev 95 (Tu-95) y 22M3. Sin embargo, desde Kyiv también aseguran haber destruido un Beriev A-50, un avión de rastreo e inteligencia, y por lo menos dos Tu-160.
¿Cuál es la importancia de estos aparatos? Los Tu-95 son unas enormes aeronaves que fueron puestas en funcionamiento en 1952 por la antigua Unión Soviética, con el propósito de servir como bombarderos estratégicos; es decir, para llevar grandes cantidades de bombas y misiles a largas distancias y elevadas alturas.

Fuente de la imagen,Getty Images
Apodado como el Oso por los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), este modelo de avión forma parte de la “tríada nuclear” de Rusia, se lee en la página web de su fabricante.
Pese a que es sumamente ruidoso, pues sus motores son turbohélices, puede viajar a 900 kilómetros por hora, lo cual lo convierte en la aeronave más veloz de su clase.
Los analistas cuestionan la capacidad de este obsoleto aparato para salir del espacio aéreo ruso en misiones de combate sin ser derribado por un enemigo.
No obstante, el Kremlin ordenó a Túpolev someter a los aparatos a trabajos que permitan mantenerlos operativos hasta 2040, se afirma en la web de la firma aeroespacial rusa.
Hace solo unos días, diez de estos aviones fueron utilizados por Moscú para lanzar misiles de cruceros, con capacidad para recorrer 3.500 kilómetros de distancia en una hora, contra objetivos en distintas zonas de Ucrania.
Las enormes aeronaves han sido adaptadas para llevar hasta ocho cohetes.

Fuente de la imagen,Reuters
Además del Oso
Otros aparatos destruidos fueron algunos de los Tu-22M3 en servicio. Este es un birreactor supersónico diseñado en la década de 1970 por la extinta URSS. Según la página de Túpolev, en 2018 una de estas aeronaves fue totalmente modernizada.
Kyiv también asegura que dañó un Beriev A-50, un avión de reconocimiento e inteligencia; y al menos dos Tu-160, conocidos con el apodo de Cisnes blancos.
De confirmarse esto último, supondría un duro golpe para la aviación rusa, porque estas aeronaves supersónicas son las más grandes y poderosas dentro del grupo de bombarderos estratégicos rusos.
Sin embargo, de los aviones, que entraron en funcionamiento a mediados de 1980, se construyeron poco más de una veintena y se estima que solo 15 están en funcionamiento actualmente.
Túpolev, en su sitio web, asegura que en 2015 reanudó su fabricación y que en 2018 voló el primero de ellos.
“Las Fuerzas Aeroespaciales rusas han perdido no sólo dos de sus aviones más raros, sino dos verdaderos unicornios de la manada”, escribió Oleksandr Kovalenko, un analista militar ucraniano.

Fuente de la imagen,Getty Images
Pérdidas irremplazables
“Con la destrucción, confirmada visualmente, de unos ocho bombarderos Tu-95, un Tu-22M3 y varias otras aeronaves, probablemente incluyendo algún otro Tu-95 y un A-50U, este es un éxito rotundo para los servicios de inteligencia ucranianos”, declaró a BBC Mundo el experto en temas de defensa Justin Bronk.
El miembro del Real Instituto de Servicios Unidos de Reino Unido (RUSI, por sus siglas en inglés) recordó que el grueso de los aparatos afectados por el inédito ataque datan de la época soviética, por lo que su reemplazo es algo difícil para Moscú.
“El Tu-95 no se ha producido en más de 30 años y la producción/modernización del Tu-160 se viene dando a una escala muy limitada, por lo que reponer los aparatos pérdidos será un gran desafío”, explicó.
Y para rematar agregó: “El Tu-22M3 que Rusia utiliza para lanzar misiles antibuque cuasi balísticos hacia Ucrania tampoco se produce desde la década de 1990 y al menos dos ya se habían perdido desde 2022”.
Esta versión es respaldada por el Instituto para Estudios de la Guerra de Estados Unidos (ISW, por sus siglas en inglés), el cual calificó a las aeronaves destruidas como “imposibles de reemplazar”.
“Rusia ya no produce los chasis para los bombarderos Tu-95 y Tu-22 (…) esto es un verdadero desastre”, se lee en el reporte del ISW, en el cual se cita al bloguero Butusov Plus, cercano al Kremlin.

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Las consecuencias
Sea cuál sea el balance definitivo de los ataques ucranianos, los expertos dan por hecho que los altos mandos rusos deberán repensar la actuación de los bombarderos estratégicos.
“Esto tendrá un impacto significativo en la capacidad de las fuerzas rusas de largo alcance”, afirmó Bronk.
“Es difícil que puedan ejecutar sus regulares ataques con misiles de crucero contra ciudades e infraestructuras ucranianas y a la vez realizar sus patrullas de disuasión nuclear y señalización contra la OTAN (al oceste) y Japón (al este)”, agregó.
“La flota ha estado sometida a una intensa carga de trabajo durante la guerra”, remató.
Una visión compartida por el ISW, desde donde dieron por hecho que Moscú dejará de emplear sus bombarderos estratégicos y recurrirá a otros aparatos de su flota.
“Es probable que Rusia vaya a recurrir a los aviones de combate Sukhoi, lo que sugiere que le preocupa la escasez de bombarderos estratégicos”, indicó el centro de estudios.
Sin embargo, hasta ahora Moscú había evitado emplear estos aparatos de manera más intensa, pues por ser más pequeños y tener un menor alcance, deben ingresar a territorio ucraniano y enfrentarse a sus defensas antiaéreas para realizar sus misiones.
Los bombarderos, por su parte, pueden lanzar sus misiles desde dentro del territorio ruso.

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Pero no solo las capacidades de la aviación militar han resultado afectadas por el ataque ucraniano, sino también la imagen de las fuerzas armadas y del gobierno ruso.
Pese a la censura y el miedo, no son pocos dentro de Rusia quienes califican como un nuevo “fracaso” del liderazgo militar lo ocurrido el domingo.
Alguno de los ataques, como el registrado contra la base Belaya, ocurrieron a más de 4.000 kilómetros de distancia de la frontera con Ucrania.
“Esto es un duro golpe y revela graves errores en la inteligencia rusa”, escribió Rybar, una cuenta de Telegram cercana al ejército ruso.
Más contudente fue el diputado ruso Andrei Gurulev, quien calificó de “fracaso” lo ocurrido.
“Existen serias dudas sobre cómo llegaron allí [los comandos ucranianos], por qué no se protegieron los aeródromos y quién permitió que esto sucediera. Se debe realizar una investigación exhaustiva”, reclamó el legislador, quien es teniente general retirado y fue vicecomandante de uno de los distritos militares del país.
“Uno asume que esas bases [atacadas] están entre los puntos más altamente protegidos de Rusia”, afirmó Peter Dickinson, editor de la revista Business Ukraine.
El analista dio por hecho que los sucesos han disparado las alarmas en el gobierno ruso, pues “sugiere que Ucrania tiene capacidades para hacer más cosas de las que en el Kremlin hubieran imaginado”.