Trump dijo que podría volver a atacar a Irán si los datos de inteligencia concluyen que es capaz de enriquecer uranio a los niveles necesarios para fabricar armas nucleares. (Imagen de archivo: 24.06.2025)Imagen: Alex Brandon/AP Photo/picture alliance
El presidente de EE.UU. dijo que salvó al ayatolá Alí Jamenei de “una muerte muy fea y humillante”, al no revelarle su paradero a Israel.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el viernes (27.06.2025) que salvó al ayatolá iraní Alí Jamenei de ser asesinado y declaró que considerará más bombardeos a Irán si el país intenta desarrollar armas nucleares.
En un arrebato extraordinario en su plataforma Truth Social, Trump criticó duramente a Teherán por afirmar que ganó la guerra contra Israel y anunció que cesaría el proceso de alivio de las sanciones contra el país.
Trump afirmó que Estados Unidos considerará “sin duda” bombardear Irán de nuevo si los datos de inteligencia concluyen que es capaz de enriquecer uranio a los niveles necesarios para fabricar armas nucleares.
El presidente estadounidense acusó al líder iraní de ingratitud, después de que Jamenei dijera en un mensaje desafiante que los informes sobre daños a sus instalaciones nucleares por los bombardeos estadounidenses eran exagerados y que Estados Unidos había recibido una “paliza”.
También afirmó que en los últimos días estuvo trabajando en la posible eliminación de las sanciones contra Irán, una de las exigencias de Teherán a largo plazo.
“Pero no, en cambio, recibí una declaración de ira, odio y repugnancia, e inmediatamente abandoné todo trabajo sobre el alivio de las sanciones, y más”, añadió Trump, exhortando a Irán a volver a la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear.
gs (afp, reuters)
EE. UU. e Irán: de aliados a enemigos históricos
Jan D. Walter
26 de junio de 2025
Hasta ahora, el presidente estadounidense no pareciera querer forzar un cambio de régimen en Irán. En el pasado, la dinámica de las relaciones bilaterales ha cambiado más de una vez.
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Manifestantes piden cesar los ataques de Israel y Estados Unidos en contra de Irán.Imagen: Nick Mason/ZUMA/picture alliance
Durante doce días, Israel e Irán se enfrentaron con ataques aéreos. Ahora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sacado adelante un alto el fuego.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, asegura haber destruido el programa nuclear y de misiles de Irán. En los últimos años, la percepción de la amenaza nuclear marcó las relaciones entre Washington y Teherán. Pero no siempre fue así.
Antes de 1951: Irán, ¿cuna de la Guerra Fría?
En 1941, tropas soviéticas y británicas invaden Irán y obligan al sah a entregar el Gobierno a su hijo Mohammad Reza Pahlavi, de 22 años.
Los principales objetivos de los invasores eran asegurar los campos petrolíferos iraníes y establecer el corredor persa como ruta de suministro. La disputa sobre el final de la ocupación desencadena una crisis en 1945. Solo después de que el presidente estadounidense Harry Truman amenazara con medidas militares, Stalin retira sus tropas. Expertos como George Lenczowski creen que el conflicto fue el “catalizador” de una “reorientación radical de la política exterior estadounidense” y el inicio de la Guerra Fría.
1951-1953: sah por gracia de Washington
El sah Mohammad Pahlavi refuerza inicialmente la democracia. En 1951, el Parlamento iraní nacionaliza el sector petrolero.
Al mismo tiempo, se desarrolla una lucha de poder entre el popular primer ministro iraní Mohammad Mossadegh y el sah Pahlavi. Finalmente, el sah gana gracias al apoyo de los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos. Benjamin Friedman, del centro de análisis estadounidense Defense Priorities, afirma: “El golpe contra Mossadegh probablemente sentó las bases del resentimiento antiamericano en gran parte de la población iraní, que estalló más tarde, especialmente en el transcurso de la Revolución Islámica”.
El sah Mohammad Reza Pahlavi y su esposa visitaron al presidente alemán Heinrich Lübke, en 1967.Imagen: REGIERUNGonline/Wegmann
1953-1979: Revolución Blanca y crisis del petróleo
Washington consigue que Irán retenga más ingresos del petróleo, pero el control del sector recae en gran medida en un consorcio dominado por Estados Unidos y Gran Bretaña. Irán se convierte en el socio más importante de Estados Unidos en Medio Oriente, junto con Arabia Saudí e Israel. Esto incluye también el desarrollo del programa nuclear civil iraní.
Por un lado, crece el autoritarismo de Pahlavi, por otro, el sah realiza una amplia modernización, la llamada “Revolución Blanca” de 1963, con la introducción del derecho de voto activo y pasivo para las mujeres, una profunda reforma agraria, la privatización de la industria y una campaña de alfabetización.
Desde 1979: revolución islámica y dos guerras del Golfo
A principios de enero de 1979, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania retiran su apoyo a Pahlavi. Dos semanas después, el sah abandona Irán. Otras dos semanas más tarde, el clérigo chiíta Ayatolá Ruhollah Jomeini regresa de su exilio en Francia, es recibido frenéticamente por millones de personas en Teherán y convierte el golpe en la “Revolución Islámica”.
Estados Unidos acoge a Mohammad Pahlavi, mientras que Irán exige su extradición. A finales de 1979, estudiantes iraníes ocupan la embajada de Estados Unidos en Teherán y detienen a 52 ciudadanos estadounidenses durante 444 días. Estados Unidos rompe sus relaciones diplomáticas.
Cuando Irak ataca Irán ese mismo año, Washington apoya al Gobierno de Sadam Husein en Bagdad.
Al mismo tiempo, Irán empieza a fortalecer a Hezbolá en el Líbano. Las primeras acciones atribuidas al grupo incluyen dos atentados con bomba en Beirut en 1983, con un total de más de 250 víctimas mortales. El Departamento de Estado de Estados Unidos cataloga a Irán como partidario del terrorismo e impone las primeras sanciones contra el régimen de los mulás.
1998 a 2001: un breve deshielo
A finales del siglo 20, el presidente iraní Mohammad Jatamí, considerado un reformista, adopta un tono conciliador hacia Estados Unidos. La secretaria de Estado Madeleine Albright admite la implicación de Estados Unidos en el golpe de 1953 contra Mossadegh y lamenta que la anterior política estadounidense hacia Irán haya sido “de vista corta”.
Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, Teherán y Washington incluso unen sus fuerzas brevemente contra los islamistas de Al Qaeda y los talibanes. Pero el tímido acercamiento dura poco.
En 2011, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aseguraba que Irán no frenaría su programa nuclear.Imagen: picture alliance/ZUMA Press
2002 a 2005: vacío de poder tras la tercera Guerra del Golfo
En su discurso a la nación a principios de 2002, George W. Bush habla por primera vez del “eje del mal”. Estados como Irak, Corea del Norte e Irán apoyan el terrorismo, buscan armas de destrucción masiva y oprimen a sus poblaciones, según el presidente estadounidense.
Tras el derrocamiento de Sadam Husein en Irak, Irán aprovecha el vacío de poder en su país vecino para ganar influencia sobre la mayoría chií. Estados Unidos, por su parte, intenta establecer un gobierno de orientación occidental en Bagdad y apoyar a los opositores al régimen de Irán. Al mismo tiempo, Irán crea más grupos de apoyo en el extranjero en forma de los rebeldes hutíes en Yemen y Hamás en la Franja de Gaza.
2005 a 2025: odio hacia Israel y conflicto nuclear
En 2005, el entonces presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, pide que Israel -uno de los aliados más estrechos de Estados Unidos- sea “borrado del mapa”. Crece el temor a que los mulás utilicen indebidamente la tecnología heredada del sah para construir una bomba nuclear.
En 2015, Irán sella un acuerdo sobre su programa nuclear: el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) supervisará el programa nuclear, a cambio, se desmantelarán gradualmente las masivas sanciones internacionales contra Irán.
La breve fase de distensión termina cuando el presidente estadounidense Donald Trump pone fin a la cooperación en 2018 y vuelve a endurecer drásticamente las sanciones.
Tras el ataque terrorista dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, crece la tensión en la región.
(vt/elm)
Irán: impredecibles consecuencias ecológicas de la guerra
Los ataques a plantas atómicas e instalaciones militares en Irán podrían provocar daños ecológicos de larga duración. Las consecuencias tardías de la última guerra ya causaron el desplazamiento de millones de personas.
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Instalación nuclear y de producción de centrifugadoras en Isfahán tras el ataque israelí del 21 de junio.Imagen: IDF/GPO/SIPA/picture alliance
Hasta el momento no se sabe cuántos misiles y bombas fueron disparados contra instalaciones nucleares y militares de Iránen el lapso de doce días. Solo el domingo 22 de junio de 2025 cayeron 14 bombas antibúnker, según informes, cada una de ellas con un peso de 13.600 kilogramos, y 30 misiles de crucero Tomahawk impactaron en las instalaciones nucleares de Fordo, Isfahán y Natanz.
La real magnitud de los daños, según Gaukhar Kukhatzhanova, del Centro de Desarme y No Proliferación de Viena, sigue sin conocerse.
En entrevista con DW, la experta dijo que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) todavía no pudo verificar por completo las consecuencias de los ataques, en especial, a las instalaciones subterráneas de enriquecimiento de uranio de Fordo. “Podemos reconocer algunos daños en imágenes satelitales, pero la verdadera magnitud y los costos no los conocemos”, explicó Kukhatzhanova.
Miles de centrifugadoras podrían haber sido dañadas por un repentino corte de energía en Irán durante la guerra. (Foto de archivo de centrifugadoras en la planta nuclear de Natanz).Imagen: SalamPix/abaca/picture alliance
El OIEA parte de que en varios lugares hay contaminación radioactiva y química. En las instalaciones subterráneas podrían haber sido dañadas miles de centrifugadoras por el repentino corte de energía. Las centrifugadoras funcionan con hexafluoruro de uranio (UF₂), un gas altamente reactivo.
Si bien fuera de las instalaciones no se han medido aún altos valores de radiación, una posible fuga de estas sustancias supone importantes riesgos para la salud y el medio ambiente. Los inspectores del OIEA no tienen actualmente acceso a las instalaciones nucleares afectadas.
Contaminación química y riesgos ambientales a largo plazo
“Hay muchas cosas que no sabemos, y justamente ese es el mayor problema”, admite el experto en medioambiente Rozbeh Eskandari, en entrevista con DW. Eskandari, que vive en Canadá, es uno de los expertos independientes que investiga desde hace años la contaminación en Irán. “Los responsables en Irán siempre afirman que todo está bajo control. Pero ahora prácticamente no hay información sobre los posibles peligros medioambientales, ni siquiera para las personas que viven en las inmediaciones de los objetivos de los ataques.”
Una refinería de petróleo en las afueras de la capital, Teherán, después de un ataque israelí el 15 de junio.Imagen: Ahmad Hatefi/newscom/picture alliance
Eskandari se refirió además a una grave explosión que se produjo a finales de abril en el puerto de Bandar Abbas, en el sur de Irán. El humo que provocó la quema de sustancias químicas liberó grandes cantidades de hollín, óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2), y otras sustancias contaminantes, lo que empeoró masivamente la calidad del aire en las áreas circundantes durante varios días. Nubes de humo similares se vieron en videos en redes sociales luego de los ataques del Ejército de Israel a algunas plantas nucleares en Irán.
“Esas sustancias nocivas contaminan el suelo. La contaminación del suelo como resultado de conflictos militares es una de las peores, pero también de las más frecuentes, consecuencias medioambientales de la guerra”, prosigue Eskandari.
Los contaminantes permanecen a menudo durante décadas en las capas superiores del suelo y perjudican su calidad, lo que produce la pérdida de fertilidad y la capacidad para regenerarse de manera natural.
Reminiscencias de la guerra Irán-Irak
En Irán, esas consecuencias de largo alcance son conocidas desde la guerra de ocho años con Irak (1980-1988). Las provincias más afectadas en ese momento fueron Juzestán, Ilam y Kermanshah, en el oeste y suroeste del país, situadas en la frontera con Irak.
Juzestán, con sus importantes refinerías de petróleo y sus instalaciones industriales, fue bombardeada masivamente en esa guerra. El uso de vehículos militares pesados condujo a que se liberaran metales pesados y residuos tóxicos. Los campos que una vez fueron fértiles se volvieron inutilizables para la agricultura. Estudios de universidades locales muestran, asimismo, una alta tasa de casos de cáncer, así como de enfermedades respiratorias y de la piel.
La devastación del ecosistema, apareada con el mal manejo crónico del sistema político y un creciente cambio climático -como las cada vez más frecuentes olas de calor- tuvieron consecuencias sociales que todavía hoy tienen impacto.
Según las últimas estadísticas disponibles, la provincia de Juzestán, por ejemplo, registra la tasa más alta de emigración de todas las provincias iraníes en los últimos 20 años. En esta región, donde se encuentran ciudades como Shush, una de las ciudades habitadas de forma continua más antiguas del mundo y antaño capital del antiguo Imperio Elam (del IV al I milenio a.C.), o Shushtar, con su sofisticado y antiguo sistema de irrigación, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2009, la población viene disminuyendo desde hace años.