
Arterias. La lipoproteína de baja densidad es un tipo de colesterol que puede acumularse en las paredes. Arteriosclerosis. Son las placas que se forman.
SANTO DOMINGO.-Recientes hallazgos realizados por médicos de Cleveland Clinic revelan que la combinación de un nuevo fármaco, el obicetrapib, con una medicina ampliamente utilizada, la ezetimiba, redujo los niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés) en un 48.6 % tras cerca de tres meses, lo que produjo resultados más eficaces que cualquiera de los dos fármacos por separado.
Los resultados del ensayo clínico de fase 3 se presentó en una sesión científica durante la reunión anual de la european Atherosclerosis Society, en Glasgow, Escocia, y fueron publicados en forma simultánea en la The Lancet.
Un excesivo nivel de colesterol LDL (a menudo denominado colesterol «malo») puede conducir a la enfermedad aterosclerótica, la acumulación de placa en las paredes de las arterias, que aumenta el riesgo de sufrir un infarto un accidente cerebrovascular.
Los pacientes que la padecen, o que están en alto riesgo de desarrollarla, pueden reducir las probabilidades de eventos adversos al disminuir los niveles de colesterol LDL. Ashish Sarraju, m.d., autor líder y cardiólogo preventivo en Cleveland Clinic, asegura que “a pesar de las terapias con estatina y de otros medicamentos sin estatinas, muchos pacientes con alto riesgo de padecer enfermedades cardíacas, o que ya sufren de enfermedades del corazón, no logran alcanzar sus objetivos en colesterol LDL.
Esta combinación de terapia ayuda a los pacientes que presentan un alto riesgo y necesitan una ayuda adicional para reducir su colesterol y aumentar la posibilidad de alcanzar sus metas”.
Explica que muchos factores pueden llevar a altos niveles de LDL, como una alimentación deficiente, el sobrepeso, fumar o el aumento en la edad.
Sin embargo, otros factores, como los genéticos, no pueden modificarse. Para algunas personas, los cambios en el estilo de vida pueden ser beneficiosos, pero para muchas otras, es necesario tomar medicamentos.
Hay quienes incluso necesitan múltiples terapias de reducción de lípidos.
Ensayo multicéntrico
En este ensayo clínico multicéntrico, los investigadores estudiaron a 407 pacientes con niveles de colesterol LDL por encima de 70 mg/dL a pesar de haber recibido terapia de reducción lipídica máxima que incluyó estatinas en casi todos los casos. Se les asignó al azar el tratamiento con la combinación de dosis fija de obicetrapib y ezetimibe, ya fuese con la terapia sola, o con el placebo equivalente.
El galeno manifestó que tras 84 días de tratamiento, la terapia de dosis fija redujo el colesterol LDL en un 48.6 % en comparación con el uso único del placebo.
Tolerancia adecuada
— Placebo
Mientras que el colesterol LDL disminuyó en un 31.7 % con obicetrapib en monoterapia, en comparación con el placebo. En general, todos los tratamientos tuvieron una tolerancia adecuada.
Hito de salud en Argentina: una innovadora técnica permite tratar una enfermedad cardíaca subdiagnosticada
Es un procedimiento mínimamente invasivo para el abordaje de la insuficiencia tricuspídea severa, que afecta la calidad de vida de adultos mayores. La palabra de los expertos a cargo de la primera intervención de este tipo en la región

La válvula tricúspide es una de las cuatro del corazón y se encuentra entre la aurícula y el ventrículo derechos.

Su función es asegurar que la sangre avance en una sola dirección durante la contracción cardíaca, de la aurícula al ventrículo. Cuando no funciona correctamente, el músculo cardíaco se ve obligado a trabajar en exceso, lo que puede causar edemas en piernas y abdomen, fatiga intensa, falta de aire, fallas renales o hepáticas y arritmias.
En tanto, la denominada insuficiencia tricuspídea severa es una condición en la que esta válvula no cierra correctamente, lo que provoca que la sangre fluya hacia atrás, generando un reflujo.

Según expertos, se trata de una enfermedad subdiagnosticada y con pocas opciones terapéuticas para el tratamiento. Sin embargo, ahora, en Argentina hay una innovadora técnica para su abordaje.
Se trata de un implante que reemplaza la válvula tricúspide del corazón de forma mínimamente invasiva. La intervención se realizó por primera vez en el país el 6 de junio, en el ICBA Instituto Cardiovascular. Esto marcó una experiencia pionera en Latinoamérica.


Es que hasta ahora, las posibilidades eran limitadas. “Se les administraba a los pacientes diuréticos y medicamentos para aliviar los síntomas. Algunas técnicas emergentes, como clip o anuloplastia, no siempre son efectivas. Y la cirugía convencional de reemplazo o reparación de la válvula implica una operación a corazón abierto, con alto riesgo en pacientes frágiles o añosos”, planteó el cardiólogo intervencionista Santiago Ordoñez (MN 148339) miembro del staff de Hemodinamia de ICBA.
Y añadió: “Para muchas personas con insuficiencia tricuspídea severa y alto riesgo quirúrgico, no había opciones reales”.
Este experto encabezó, junto a Pablo Spaletra, el equipo multidisciplinario que llevó a cabo la intervención pionera con el mencionado implante, llamado LuX-Valve. “Esta enfermedad es más común de lo que se pensaba: afecta hasta al 1% o 2% de los adultos mayores, especialmente mujeres y personas con antecedentes de insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular o hipertensión pulmonar. A menudo ha sido una condición subdiagnosticada y poco tratada, a pesar de su impacto significativo en la calidad de vida”, precisó Ordoñez.
Cómo fue la intervención pionera en Argentina

El primer procedimiento de este tipo en humanos se realizó en 2018 en China, que es donde se desarrolló la tecnología. Desde entonces, el uso de la válvula tuvo un crecimiento controlado y se utilizó en ensayos clínicos y programas compasivos. La implementación comenzó en Europa y en Canadá, y en etapas más recientes llegó a Sudamérica. Con solo 200 casos reportados en todo el mundo, la intervención llevada a cabo en Argentina forma parte de las primeras experiencias registradas en la región.
El doctor Pablo Spaletra (MN 129332), quien también es miembro del staff de Hemodinamia del ICBA Instituto Cardiovascular, reveló: “El viernes 6 de junio realizamos el primer implante en Argentina de válvula Lux. Se le practicó a un paciente que tiene un síndrome carcinoide (un tumor que libera una sustancia que afecta las válvulas del corazón), lo que hace que el escenario clínico fuera más complejo. Ya se había sometido a intervenciones sobre otras válvulas, pero ninguna sobre la tricuspídea. El resultado fue muy bueno”.
El procedimiento es mínimamente invasivo, ya que no requiere abrir el tórax ni detener el corazón, y se realiza a través de una pequeña incisión en el cuello del lado derecho. Lo que hace es reemplazar la válvula dañada por un stent valvular protésico.

Por lo general, se realiza bajo anestesia general y dura entre una y dos horas. Aunque requiere internación, la recuperación del paciente suele ser más ágil que en una cirugía tradicional.
“Habitualmente la indicación es que estén internados entre tres y cinco días después del implante, dependiendo del estado clínico previo a la intervención. Una semana después del procedimiento retoman paulatinamente su rutina, para en 15 o 20 días estar teniendo una vida normal. Por lo general su calidad de vida es mejor que la que traían previo a la intervención”, repasó Spaletra.
En el quirófano, trabajó un equipo multidisciplinario del ICBA Instituto Cardiovascular con apoyo de imágenes. A los cardiólogos intervencionistas Ordoñez y Spaletra se sumaron el jefe de Ultrasonido de la institución, el doctor Martín Vivas (MN 123604), expertos de Jenscare, técnicos, enfermeros y anestesiólogos.
En ese tono, Ordoñez destacó: “La insuficiencia tricuspídea no es ‘benigna’ ni ‘menor’, como antes se creía. Puede empeorar con el tiempo y deteriorar gravemente la calidad de vida. La detección temprana y el seguimiento por cardiólogos con experiencia en valvulopatías son fundamentales. Ahora, con tecnologías como la Lux-Valve, contamos con una alternativa real y segura para pacientes que antes no eran candidatos a cirugía. Se trata de una técnica en evolución, pero con resultados muy prometedores en términos de reducción de síntomas, mejoría funcional y baja tasa de complicaciones”.