
El régimen de Irán amenazó con acciones “fuertes y recíprocas” ante posibles ataques de EEUU si no se logra un acuerdo nuclear (REUTERS)
“Si buscan crear sedición dentro del país, la propia nación les dará una respuesta”, dijo el líder iraní Ali Khamenei durante un discurso en la mezquita Mosalla de Teherán con motivo del Aíd al-Fitr, la festividad que marca el fin del Ramadán
El líder supremo de Irán, Ali Khamenei, advirtió este lunes que cualquier ataque contra su país será respondido con un “golpe recíproco y contundente”, en respuesta a las recientes advertencias de Estados Unidos.
Sus declaraciones, pronunciadas durante un discurso en la mezquita Mosalla de Teherán con motivo del Aíd al-Fitr, la festividad que marca el fin del Ramadán, llegan en un contexto de tensiones en las relaciones nucleares entre Irán y EEUU.
“Amenazan con cometer una maldad. Si cometen alguna maldad, recibirán un golpe recíproco y fuerte”, afirmó Khamenei ante las advertencias de Donald Trump, presidente de EEUU, quien, en recientes entrevistas, aseguró que su país no dudaría en bombardear Irán si no se alcanzara un acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

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El régimen de Teherán también rechazó la posibilidad de un ataque extranjero y, además, advirtió sobre los intentos internos de desestabilización.
“Si buscan crear sedición dentro del país, la propia nación les dará una respuesta”, dijo. Mientras Khamenei hablaba, miles de asistentes en la mezquita coreaban los habituales lemas como “muerte a Israel” y “muerte a América”.

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Donald Trump intensificó este domingo su discurso contra el régimen iraní afirmando que, de no alcanzarse un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán, EEUU no dudaría en llevar a cabo bombardeos “como nunca antes se ha visto”.
Las declaraciones de Trump surgen luego de que Irán rechazara en la semana anterior la posibilidad de negociaciones directas con Washington, en medio de la política de “máxima presión” implementada por la administración estadounidense desde la retirada del acuerdo nuclear de 2015, que buscaba limitar las actividades nucleares de Irán a cambio de un levantamiento parcial de sanciones.
El conflicto sobre el programa nuclear iraní ha sido una de las principales fuentes de fricción en la relación entre ambos países, con EEUU acusando a Irán de enriquecer uranio a niveles por encima de lo permitido para un programa de energía nuclear civil, lo que según Washington apunta a la creación clandestina de armas nucleares.

Por su parte, Irán defiende que su programa nuclear tiene fines pacíficos, aunque la creciente actividad nuclear sigue generando desconfianza en la comunidad internacional.
En su discurso, Khamenei también continuó con su habitual retórica belicista, acusando a Israel de ser un “proxy” de EEUU en la región, y rechazando las acusaciones de que sus aliados en Yemen (los hutíes), Gaza (con Hamas) y Líbano (con Hezbollah) sean meros agentes de Teherán.
En lugar de eso, el líder iraní se refirió a Israel como el único “proxy” en la región, atacando fuertemente al Estado judío por sus acciones en Gaza y acusándolo de cometer un “genocidio”.
“Ese grupo criminal (Israel) debe ser erradicado de Palestina”, concluyó Khamenei, siguiendo la línea de su régimen de apoyo a los grupos armados que se oponen a Israel.
Las tensiones con Israel son una constante en la política exterior iraní, que lidera el denominado “Eje de la Resistencia“, una coalición compuesta por grupos terroristas como Hamas, Hezbollah y los hutíes, así como diversas milicias en Irak.
El régimen de Teherán ha sido uno de los principales patrocinadores de estos grupos, lo que ha aumentado las preocupaciones sobre la inestabilidad en la región y la posibilidad de un conflicto mayor.
A pesar de las amenazas y retórica belicista, las autoridades iraníes han mostrado disposición a reanudar las conversaciones con EEUU, aunque bajo condiciones específicas.
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, reiteró este domingo que su país está abierto a negociaciones indirectas con EEUU, dejando claro que el futuro de las conversaciones dependerá del comportamiento de Washington y de las políticas que implemente el Gobierno estadounidense hacia Irán.
No obstante, las opciones de un acuerdo parecen cada vez más lejanas, especialmente con el endurecimiento de las posiciones en ambos lados.
Por un lado, EEUU sigue presionando con sanciones y amenazas de acciones militares, mientras que Irán, por otro, continúa con su desafío y refuerza su postura agresiva frente a las potencias occidentales.
La situación en el Golfo Pérsico sigue siendo volátil, con Irán manteniendo su influencia sobre grupos militantes en toda la región, mientras que EEUU y sus aliados continúan su campaña para frenar el programa nuclear de Teherán.

El futuro inmediato de la relación entre Irán y EEUU parece depender de la evolución de las negociaciones y de la capacidad de ambas partes para superar sus diferencias, aunque las recientes declaraciones de ambos líderes sugieren que la confrontación sigue siendo una opción en el horizonte.
(Con información de EFE)