
El músico de San Juan de la Maguana que llegó a ser profesor en Texas
Luis Antonio Tejeda habló para Diario Libre sobre su proceso formativo y destacó la gran necesidad de impulsar la cultura en los jóvenes
Tenía claro que su amor por la música lo llevaría lejos y sería el camino para apoyar a otras personas de su comunidad.
“Yo soy un joven de San Juan de la Maguana. O sea, no vengo de una familia rica ni de clase social alta, sino que he tenido, como se dice coloquialmente, que romper muchos brazos para poder llegar al lugar que estoy, pero me he podido formar en materia artística, como músico“, recuerda.
En la actualidad se dedica a la enseñanza artística y difusión cultural, donde pone en práctica los conocimientos adquiridos a nivel internacional.

Fue profesor en Christ for the Nations Institute, ubicado en Dallas, Texas, donde realizó una licenciatura en Artes (Bachelor of Arts). Sin embargo, para llegar allí tuvo que solventar muchos procesos.
“Primero, con mi proyecto local que fue siempre la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Juan de la Maguana. Una vez me formé como joven músico en la Escuela de Piazzarte, me fui a estudiar a Santo Domingo de manera superior mis cursos de música.
Y todo lo que aprendí en la capital lo llevé a mi pueblo. Y allá, eso fue una semilla que fue germinando”.
Y sí que lo logró.
“Este camino me fue abriendo otras puertas, lo que permitió se concretaran proyectos importantes, como llevar a jóvenes a intercambios culturales en Estados Unidos, en lugares como Washington, Nueva York y Nueva Jersey.
Esto, a su vez, fue el paso inicial el cual me abrió la ventana para obtener la beca en esa nación. Allí estudié mi carrera en Dallas, Texas, donde me desempeñaba como profesor de música en las tardes”, rememora.
“Ellos me contrataron porque había vacantes disponibles. Apliqué como estudiante para trabajar en el campus y fui aceptado. Al principio me asignaron una sola materia, al siguiente año me pusieron dos, y finalmente, en mi último año, me quedé con tres materias, trabajando como profesor por las tardes”.
Un camino que le dio muchas satisfacciones, pero no dejó de ser complicado, por diversos factores.

“Al principio, fue muy difícil. Tienes, por ejemplo, que adaptarte no solamente a un clima, a un idioma, a un país quizá con otro tipo de cosas, sino también a una cultura que exige mucha organización en las cosas.
Entre ellas, los horarios de clase, el tema de cómo los profesores realmente dan o instruyen a los estudiantes, y las normas que hay que tomar en la institución“.
“Eso dio como resultado un sujeto disciplinado, formado académicamente, pero también con una cultura y una convicción de cómo ver la vida y la organización de las cosas”, habla sobre su estricto proceso formativo.
“Para mí fue difícil, pero también fue interesante hacer una sinergia entre mi cultura y lo que nosotros somos, con estudiantes no solamente de Estados Unidos, sino de otras culturas”. Esos conocimientos los ha puesto en práctica en el país, algo que siempre fue su meta.

“Todo fue pensando justamente en mi país. Siempre en todos los proyectos de grado que hice, siempre tuve en mente lo que yo hacía allá, tenía que replicarlo en mi país, porque era una necesidad, no solamente en Santo Domingo, sino en mi pueblo, en San Juan de la Maguana”.
“Lo que me llevó a regresar, sin dudarlo en ese momento, fue la decisión de adaptar y poner al servicio de mi pueblo todos los conocimientos que he adquirido como profesional”, dice el joven músico.
Y, una vez en el país, se puso manos a la obra.
“Tuve que venir a Dominicana, y una vez aquí, otras puertas se abrieron.
En ese momento, en San Juan de la Maguana, había una vacante como director en la Escuela de Bellas Artes justamente me ofrecieron la posición y la acepté. Allí duré unos dos años, pero llegó la pandemia y salí del puesto”.
Luego, “la ministra de Cultura de ese momento, Carmen Heredia, que es como mi mamá, me solicitó apoyarla como director del Centro Cultural Molina-Campos, que es como el Teatro Nacional pero en San Juan de la Maguana”.
Tras esto, surgió la oportunidad de venir a Santo Domingo al Ministerio de la Juventud, donde es encargado del programa Capacitarte, donde ha podido formar unos 18 mil jóvenes, además de ser director del Premio Nacional de la Juventud.