
Un manifestante exhibe un cartel con imágenes del expresidente brasileño Jair Bolsonaro en São Paulo, Brasil, el 30 de marzo de 2025. (REUTERS/Alexandre Meneghini)
Las protestas, convocadas por movimientos sociales y sindicatos, se celebraron cuatro días después de que el Tribunal Supremo abriera un juicio penal contra el ex mandatario
Cientos de brasileños se manifestaron este domingo en varias ciudades del país para exigir la prisión del expresidente Jair Bolsonaro, procesado por intento de golpe de Estado, y pedir al Congreso que archive el proyecto de amnistía para los condenados por el asalto a los tres poderes de 2023.

Las protestas, convocadas por movimientos sociales y sindicatos, se celebraron cuatro días después de que el Tribunal Supremo abriera un juicio penal contra Bolsonaro por supuestamente “liderar” una trama para anular el resultado de las elecciones de 2022 y mantenerse en el poder.
El líder ultraderechista y otros siete estrechos aliados, entre ellos antiguos ministros y militares de alto rango, serán juzgados por la Primera Sala del Supremo en una fecha aún por determinar. El ex jefe de Estado aguardará en libertad la resolución del proceso.

Una de las manifestaciones que reunió más público tuvo lugar en la ciudad de São Paulo bajo el grito de “sin amnistía”.
“Tenemos la esperanza de que el Tribunal Supremo condene a Bolsonaro y sea encarcelado”, así como el resto de autores y ejecutores de la tentativa de golpe contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, dijo a EFE Nilza Pereira, secretaria general de la Intersindical Central de la Clase Trabajadora.

La marcha salió desde la icónica Avenida Paulista, en el centro de la ciudad, y fue hasta una comisaría que sirvió de centro de detención durante la dictadura militar brasileña (1964-1985), régimen que han exaltado Bolsonaro y sus aliados más radicales.
“Es importante que no volvamos a la época de la dictadura (…) Aún queremos pelear por la libertad, la democracia y el Estado de derecho”, reivindicó a EFE Elizete San Martín, jubilada de 68 años.

Los asistentes también pidieron al Congreso que entierre un proyecto de amnistía que promueve el Partido Liberal (PL), que lidera el propio Bolsonaro, para beneficiar a los alrededor de 500 condenados por el asalto a Brasilia del 8 de enero de 2023.
Ese día, miles de simpatizantes del exmandatario invadieron y destrozaron las sedes del Parlamento, la Presidencia y el Supremo con la intención de incitar una intervención militar para derrocar al Gobierno de Lula, que había asumido apenas una semana antes.
La base oficialista ha alertado de que esa amnistía podría beneficiar en última instancia a Bolsonaro, en caso de que este sea condenado por la tentativa de golpe.
La manifestación de São Paulo tuvo sus réplicas en Brasilia, Belo Horizonte, Curitiba, Belém, Recife y São Luís.
Los actos se celebraron además en la víspera del 61 aniversario del golpe de Estado de 1964, que dio origen a ese oscuro periodo de la historia brasileña.
El próximo domingo, Bolsonaro intentará movilizar a sus acólitos con una nueva manifestación, también convocada en la Avenida Paulista de São Paulo, donde volverá a defender la amnistía en pro de la “pacificación” del país.
Según el juez instructor del caso, Alexandre de Moraes, existen “elementos más que suficientes de materialidad y autoría” para respaldar las acusaciones contra el ex presidente, que son precisamente abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio.
Descartó pedir asilo político en EEUU
Bolsonaro descartó la posibilidad de pedir asilo político en Estados Unidos.
“Cero, cero, cero. Creo que me veo bien aquí. Tengo 70 años, me siento bien y quiero el bien de mi país”, dijo al medio Folha de Sao Paulo al ser consultado sobre las chances de unirse a su hijo, Eduardo Bolsonaro, quien dejó temporalmente su escaño como diputado y se asentó en Estados Unidos.
No obstante, el ex jefe de Estado reconoció que, en caso de ser declarado culpable, su condena podría ascender hasta los 40 años de cárcel, lo que sería “el fin” de su vida, dado que ya tiene 70 años.
(Con información de EFE)