
San Juan, 9 may (Prensa Latina) La directora de la Oficina de Seguridad Nacional (HSI), Rebecca González, confirmó hoy el arresto la víspera de 53 dominicanos en una construcción en el área turística del Condado, en la capital puertorriqueña.
Entre los apresados cuando trabajaban con una compañía contratada para una construcción del hotel La Concha, en la zona del Condado, en San Juan, se encontraban siete mujeres.
Las autoridades federales, que han desatado una persecución sistemática contra extranjeros en Puerto Rico desde que Donald J. Trump asumió la presidencia estadounidense el 20 de enero de este año, se han centrado mayormente en dominicanos y haitianos con estatus migratorio indefinido.
ICE DIJO NINGUNO TENIA DOCUMENTACION LEGAL
Las detenciones de este jueves estuvieron a cargo de miembros del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), junto a agentes de otras agencias federales de Estados Unidos.
González estableció que ninguno de los apresados tenía documentos de identificación y que algunos han admitido que carecen de estatus migratorio definido, aunque no precisó cuántos.
«Vamos a determinar si hay alguna persona que está en violación de algún delito criminal para someterle el delito federal y movernos con Fiscalía federal en ese sentido», apuntó González.
ESTE AÑO 364 ARRESTOS Y 67 PROCESADOS POR DELITOS
Expuso que en el transcurso de este año, antes de este operativo, se habían arrestado a 364 personas, de las cuales han procesado a 67 por delitos criminales caracterizados como graves, incluido un inmigrante deportado previamente.
Desde que comenzó la ofensiva contra los inmigrantes, las autoridades han intervenido en Puerto Rico en 238 negocios, muchos de estos propiedad de extranjeros.
Las cifras de ICE-HSI apuntan a que, entre las 364 personas apresadas en esta isla del Caribe, bajo la dominación colonial de Estados Unidos, hay 245 de República Dominicana, 31 de Haití, 16 de Venezuela, 12 de México, nueve de Brasil y seis de China.
González confirmó que los detenidos son referidos a la Oficina de Remoción y Deportación de ICE, con sede en la cuidad de Miami, en Florida, antes de ser llevados a centros de detención desde donde son deportados.
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ESPAÑA: Acusado asesinar a dominicana niega crimen
MADRID.- Un colombiano acusado junto a una tía suya del asesinato de una dominicana en un prostíbulo en España aseguró que forcejeó con la víctima, pero no recuerda haberla apuñalado.
Es uno de los acusados por el asesinato de la dueña de un prostíbulo de Pezuela de las Torres, en la provincia de Madrid, al que las pruebas apuntan como presunto autor material de las 23 puñaladas que recibió la víctima.
El hombre afirmó en el juicio que forcejeó con ella porque estaba a punto de matar a su tía, que es otra acusada, también colombiana, pero no recuerda haberle clavado el cuchillo.
Su tía, que era una de la mujeres prostituidas en ese local, declaró que su sobrino la defendió de su agresora y ella no vio que la apuñalara.
La Audiencia de Madrid continuó este jueves el juicio con jurado a Leila Laura G.M., su sobrino John M.G. y a Sebastián E.M. por la muerte de Altagracia E.S. el 6 de febrero de 2023 en el establecimiento Bar El Pinar, situado en una carretera local.
La Fiscalía pide 24 años de prisión para los dos primeros, como coautores materiales de un asesinato con alevosía, y para el tercero 10 años de cárcel como cómplice porque les ayudó a huir.
AMBOS LO NIEGAN
John negó que matase a la dueña del local en el que era prostituida su tía, aunque reconoció que forcejeó con ella y le quitó un cuchillo que tenía, la empujó y la dejó sobre la cama «viva» y sin sangre.
Ante la insistencia de la fiscal y de las acusaciones particulares sobre si mató a Altagracia, ya que las pruebas le apuntan, dijo: «A las pruebas me remito, si hay unas pruebas…».
«No recuerdo haber clavado el cuchillo. Me siento mal porque no recuerdo nada», sostuvo, dejando claro que él fue a recoger a su tía al prostíbulo porque ella le llamó, al llegar la defendió al verla en peligro y «jamás» pensó en «causar un daño o quitar una vida».
Por su parte, Leila Lucía negó también que matara a Altagracia, a la que llamaba Katy, ni que viera a su sobrino John hacerlo, así como que estuviera tratando de huir del país cuando fue detenida en el aeropuerto de Madrid, unas semanas después del crimen.
Asimismo, explicó que el día anterior al suceso había discutido con Altagracia porque no le daba un dinero que le debía ni su pasaporte y que la dueña del prostíbulo estaba tan «agresiva» que ella se encerró en su habitación hasta el día siguiente, cuando llamó a su sobrino John para que la recogiera porque estaba asustada.
John llegó en el coche de un amigo de ella, Sebastián, el tercer acusado, y ella le dijo que iba a entrar para recoger unas compras que tenía en su habitación y reclamar su pasaporte.
Fue a la habitación de Altagracia, quien se negó a darle su pasaporte y sacó un cuchillo, atacándola, por lo que ella pidió ayuda a gritos, según su relato.
Ambas forcejearon hasta que John entró en la habitación, la apartó a ella de un golpe para ayudarla y comenzó a forcejear con su agresora.
Aseguró que ya no vio más porque se fue a la calle, tras lo que poco después salió su sobrino y se fueron.
Ella tenía «mucho miedo» y no denunció que la hubieran atacado.
También declararon dos forenses que practicaron la autopsia, quienes detallaron que Altagracia murió desangrada tras recibir 23 puñaladas de una única persona.