
Al cumplirse este 13 de marzo doce años de pontificado, su salud se quiebra, pero no su fe.
Miles de feligreses oran en el mundo por su salud. Muchos proclaman que es el mejor Papa que ha tenido la Iglesia Católica en décadas.
A sus 88 años, Jorge Mario Bergoglio, enfrenta su hospitalización más larga a causa de una neumonía en ambos pulmones, que lo mantiene con insuficiencia respiratoria y broncoespasmos, por lo que ha debido usar ventilación mecánica y máscaras de oxígeno; un cuadro clínico difícil que ha llevado a su equipo médico a calificar su pronóstico vital como reservado.
“Siento en el corazón la bendición que se esconde dentro de la fragilidad, porque precisamente en estos momentos aprendemos aún más a confiar en el Señor, al mismo tiempo, doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de compartir en cuerpo y espíritu, la condición de tantos enfermos y personas que sufren”, expresó el Papa desde el Policlínico Gemelli de Roma; palabras de un servidor de Dios que hacen honor a un llamado de santidad que recibió en su tiempo de juventud.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Buenos Aires, Argentina, en el seno de una numerosa familia. Fue el mayor de los cinco hijos del matrimonio entre Mario José Bergoglio, de origen italiano y Regina María Sívori, también de ascendencia italiana.
Durante su infancia creció en un hogar impregnado de tradiciones italianas y de la fe católica. Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos, en el barrio de Almagro, Buenos Aires y asistió al colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles.


Estudió en la escuela secundaria industrial Hipólito Yrigoyen, donde se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos para controlar la higiene de productos alimenticios, para ese momento, ya manifestaba una fuerte vocación religiosa.
Su camino por el sacerdocio
En 1957, tras decidir consagrarse al sacerdocio, ingresó al seminario del barrio Villa Devoto y al noviciado de la Compañía de Jesús. Después de dos años de noviciado, concluyó sus estudios en el juniorado jesuita de Santiago, Chile, ubicado en la casa de retiro de San Alberto Hurtado (actual Centro de Espiritualidad Loyola). Allí se inscribió en el curso de Ciencias Clásicas, profundizando en historia, literatura, latín y griego bajo la tutela del carismático Carlos Aldunate.

Tras destacarse como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Oca (Auca, en latín) el 20 de mayo de 1992, para ejercer como obispo auxiliar en Buenos Aires. Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, San Juan Pablo II lo nombró cardenal, asignándole el título de San Roberto Belarmino.
Participó en el cónclave de 2005, convocado tras la muerte de Juan Pablo II para elegir a un nuevo papa que resultó ser su antecesor Benedicto XVI, quien renunció al puesto en febrero de 2013, lo que dio paso a la elección de Francisco el 13 de marzo de ese año.
El día en que Francisco fue electo papa, el cardenal protodiacono Jean-Louis Tauran anunció su elección desde el balcón central de la Basílica de San Pedro con la siguiente expresión en latín que traducimos al español:
“Os anuncio una gran alegría: ¡tenemos papa! El eminentísimo y reverendísimo señor Jorge Mario, cardenal Bergoglio de la Santa Iglesia Romana, quien ha adoptado el nombre de Francisco”.
Tomó el nombre de Francisco, como el de Asis, y en su primera aparición pública elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, afirmó que se iniciaba «un camino» y pidió a los fieles que rezaran «unos por otros para que haya una gran fraternidad».
«Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización», añadió. Además, solicitó una oración en silencio por él, para que Dios le ayudara en su labor.
Tras ser investido como papa, se convirtió en el primer pontífice americano en ocupar el máximo cargo de la Iglesia Católica en el Vaticano.
Tras su nombramiento como el papa número 266, cientos de fieles se congregaron en la catedral metropolitana de Buenos Aires para celebrar su elección, donde posteriormente se ofició una misa en su honor.

Su postura frente a temas sensibles
El sumo pontífice Francisco, elegido en 2013 como máxima autoridad del Vaticano, no ha estado exento de polémicas a lo largo de su papado. Sus declaraciones sobre temas sensibles como el aborto, la crisis migratoria, la comunidad LGBTQ+, la ordenación de mujeres, los casos de abusos sexuales en la Iglesia y los nombramientos de obispos con ideas progresistas han generado debates constantes.
Mira con vergüenza las deportaciones

En un caso reciente, el Papa cuestionó las deportaciones masivas realizadas durante la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, incluyendo Puerto Rico. Lo calificó como una “grave crisis” que “atenta contra la dignidad humana”. En una carta a los arzobispos estadounidenses, el pontífice, pidió no ceder ante narrativas discriminatorias contra migrantes y refugiados.
“La palabra que viene a mi mente es vergüenza”, enfatizó.
En octubre de 2013, Francisco criticó la “globalización de la indiferencia” al referirse a la crisis migratoria en Europa. Durante una visita a Lampedusa, Italia, condenó la tragedia en la que más de 90 migrantes murieron al intentar cruzar el Mediterráneo en una embarcación precaria.
“Es una vergüenza. Recemos por los fallecidos y por todos los refugiados”, expresó.
Contra las donaciones de “dinero sucio”
Francisco ha promovido una reforma en las finanzas de la Iglesia. En una misa en la Plaza San Pedro, pidió rechazar donaciones obtenidas de fuentes injustas: “El pueblo de Dios no necesita dinero sucio, sino corazones abiertos a la misericordia”. Exhortó a quienes ofrecen dinero de origen ilícito a “quemar sus cheques”.
Apasionado del futbol


El papa Francisco es un apasionado del futbol y llevó su amor por la camiseta hasta el Vaticano. Desde chico disfrutaba de los partidos con sus amigos en un terreno ubicado en la Iglesia Medalla Milagrosa, en su barrio natal de Flores. Y fue su padre, Mario Bergoglio, quien lo inició en este camino y le contagió la pasión por su equipo favorito, San Lorenzo de Almagro, un club fundado por un cura en 1908 para rescatar a los niños que vivían en las calles.
Algunas de las frases más polémicas del papa Francisco
“Si un gay acepta al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”
Refiriéndose al supuesto “lobby gay” –cuando trascendieron a la prensa italiana algunas informaciones de que supuestamente la Santa Sede contenía una red de clérigos homosexuales–, el pontífice reconoció que había mucho que hablar del tema.
Ellos no deben ser marginados. La tendencia [a la homosexualidad] no es el problema… ellos son nuestros hermanos”.

“Abusar de los niños es una enfermedad”
El 9 de febrero de 2017, el papa Francisco se refirió a los abusos sexuales por parte de los integrantes del clero y dijo que abusar de los niños es “una enfermedad”. El pontífice agregó que la Iglesia católica debe esforzarse más en la selección de los candidatos que aspiren a ser sacerdotes.
Para ser padres no deben ser ‘como conejos’
Al responder una pregunta sobre el control de la natalidad, Francisco dijo que los padres no deberían procrear sin parar, confiando en Dios en que todo saldrá bien.
“Dios les da métodos para que sean responsables”, dijo el papa Francisco entonces. “Algunos piensan que, perdón por usar esa palabra, para ser buenos católicos tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable”.
Es mejor ser ateo que un mal cristiano
En febrero de 2017, Francisco sorprendió con una declaración sobre los malos cristianos, diciendo que si una persona que dice ser cristiana explota a otras personas o si lleva una doble vida, es mejor que no se identifique como creyente.
“María, la ‘influencer’ de Dios”
Durante el cierre de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá en enero de 2019, el papa Francisco instó a los peregrinos que fueran como la Virgen María, a quien se refirió como la “influencer” de Dios.
“Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las ‘redes sociales’ de la época”, dijo sobre la virgen. “Ella no era una ‘influencer’, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia”.
“Le podemos decir con confianza de hijos: María, la ‘influencer’ de Dios. Con pocas palabras se animó a decir ‘sí’ y a confiar en el amor, a confiar en las promesas de Dios, que es la única fuerza capaz de renovar, de hacer nuevas todas las cosas. Y todos nosotros hoy tenemos algo que hacer nuevo adentro, hoy tenemos que dejar que Dios renueve algo en mi corazón. Pensemos un poquito: ¿qué quiero yo que Dios renueve en mi corazón?”, añadió.