
En un comunicado la cartera denunció “la tentativa de homicidio y el posterior secuestro de 29 miembros de la Fuerza Pública” en el departamento del Cauca.
Según confirmó este viernes el ministro de Defensa, general retirado Pedro Sánchez Suárez, los hechos ocurrieron el jueves (6.03.2025) en los caseríos de El Plateado y La Hacienda, situados en los municipios de Argelia y El Tambo, zona donde se registra una de las mayores concentraciones de cultivos de coca en Colombia, según la ONU.
“La vida y seguridad de los miembros de la Fuerza Pública secuestrados es responsabilidad directa de quienes cometieron este repudiable delito”, manifestó el ministro en un extenso mensaje en su cuenta de X.
Según el ministerio, “pobladores instrumentalizados” por los guerrilleros participaron en el secuestro, en represalia por una ofensiva militar que lanzó en el Gobierno para frenar el narcotráfico y la violencia en la región.
Videos publicados por las autoridades muestran una tanqueta que huye en llamas mientras un grupo de personas le tira piedras. En otros, se observa a policías antidisturbios lanzar granadas de humo y avanzar por una calle en medio de disparos.
Dos facciones enfrentadas del EMC, ante diálogos de paz
El Gobierno asegura que el Estado Mayor Central (EMC) es responsable de las acciones “ejecutadas con sevicia y vistiéndose de civil para infiltrarse y atentar contra la integridad” de los uniformados.
En un mensaje en X, el presidente Gustavo Petro sostuvo que el EMC actúa con “desespero y por eso utiliza la población civil”. El EMC llevaba a cabo negociaciones de paz con el Gobierno de Petro, pero se dividió en 2024 en dos facciones. “Su debilidad militar no le permite enfrentarse con el Ejército”, añadió el mandatario de izquierda.
En esta zona opera la escisión bajo el mando de alias Iván Mordisco, que se apartó de los diálogos y aumentó su presión violenta contra las fuerzas estatales. La otra facción, dirigida por alias Calarcá, mantiene las conversaciones.
Los disidentes “no solo reclutan de manera forzada a menores de edad, sino que instrumentalizan y coaccionan a la población civil con el fin de expulsar a la Fuerza Pública y evitar que las instituciones del Estado brinden acceso a salud, educación, trabajo y oportunidades para la transformación del territorio”, añadió el ministerio de Defensa.
Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década, con distintos focos en el noreste y suroeste del país. La escalada pone en jaque la apuesta del Gobierno de lograr el desarme de todos los grupos armados de Colombia, para desactivar un conflicto interno de seis décadas.
rml (efe, afp, @PedroSanchezCol)
Disidencias de FARC atacan con drones hospital en Colombia
El ataque “constituye una violacion al derecho internacional humanitario”, advirtió el presidente Gustavo Petro. “Los traquetos del EMC del Cauca no quieren salud para el pueblo del Micay”, afirmó.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció este martes (18.02.2025) que disidentes de la extinta guerrilla marxista de las FARC atacaron con drones y explosivos un centro médico temporal en el violento suroeste del país, sin dejar víctimas.
Su gobierno había instalado el pasado fin de semana unas seis carpas usadas como hospital de campaña en la región montañosa del Cañón del Micay, en el departamento del Cauca, plagado de narcocultivos y bajo el control de los rebeldes del Estado Mayor Central (EMC).
“Los traquetos (narcos) del EMC del Cauca no quieren salud para el pueblo del Micay. Atacaron con drones un hospital, lo cual constituye una violacion al derecho internacional humanitario. Son crímenes contra la población civil que deben ser juzgados”, dijo Petro en la red social X.
Según el ejército, el ataque fue perpetrado por miembros del Frente Carlos Patiño, adscrito al EMC, el mayor grupo disidente de las FARC que se apartó del histórico acuerdo de paz firmado en 2016.
El EMC sostenía negociaciones de paz con el gobierno de Petro pero se dividió en dos en abril de 2024. La disidencia al mando de Iván Mordisco se apartó de los diálogos y aumentó su presión violenta contra las fuerzas estatales.
Tras la ruptura de los diálogos con Mordisco, Petro ordenó en octubre una incursión militar en El Plateado, adonde llegó también parte de su gabinete para fortalecer la presencia estatal en la zona.
Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década, con distintos focos de violencia en el noreste y noroeste del país, bajo el fuego de rebeldes del guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La escalada pone en jaque la apuesta del gobierno de lograr el desarme de todos los grupos armados de Colombia, para desactivar un conflicto interno de seis décadas.
rr (afp/el tiempo/semana)
Drones al servicio de la criminalidad: ¿carrera sin freno?
“Cárteles, guerrillas y grupos insurgentes han encontrado en los drones una herramienta efectiva y de bajo costo para desafiar la superioridad militar de los gobiernos”, aseguran expertos.
Disidentes de la extinta guerrilla de las FARC atacaron con drones y explosivos un centro médico temporal en el suroeste de Colombia esta semana.
¿Se trató de un hecho aislado? ¿Cuál es el papel que desempeñan estos artefactos en manos de cárteles y guerrillas? ¿Y hasta dónde pueden llegar?
“No es un episodio aislado, sino un reflejo del cambio de la naturaleza del conflicto armado y el crimen organizado en América Latina”, asegura en diálogo con DW Axel Lodovico Molina, profesor adjunto de Derecho Internacional Público y Derecho de la Informática de la Universidad del Salvador.
“Lo que alguna vez fue de uso exclusivo de los ejércitos estatales, hoy ha sido adoptado por cárteles, guerrillas y grupos insurgentes, que han encontrado en los drones una herramienta efectiva y de bajo costo para desafiar la superioridad militar de los gobiernos”, agrega el académico franco-argentino, también especialista en seguridad, ciberseguridad e inteligencia artificial.
Expansión de una amenaza emergente
“El uso de drones por parte de grupos criminales en la región se ha convertido en una herramienta recurrente en conflictos irregulares”, sostiene Lodovico Molina. “Si bien no reemplazan por completo las tácticas tradicionales, sí han modificado las estrategias de combate y el crimen organizado, permitiendo ataques de precisión, misiones de reconocimiento, transporte de drogas y armas, y guerra psicológica”, detalla el experto.
“Países como México y Colombia, donde los grupos armados no estatales cuentan con divisiones militares altamente entrenadas y equipadas, son los países donde mayormente se ha registrado el uso de drones. No obstante, organizaciones criminales en Brasil, Panamá y Ecuador también han experimentado con drones en el transporte de mercancías y en tareas de vigilancia aérea”, da cuenta en el mismo sentido, Juan Camilo Jaramillo, investigador de InSight Crime, en entrevista con este medio.
Una elección que otorga ventajas estratégicas
“La proliferación de drones en el crimen organizado responde a su alta eficiencia en relación con su costo”, explica Lodovico Molina. “Por una fracción del precio de un arma convencional, un grupo armado puede ejecutar ataques de precisión, recolectar inteligencia en tiempo real y transportar cargas ilícitas, sin exponer a sus operativos al combate directo”, enumera Lodovico Molina las ventajas de estos artefactos.

“Otro factor clave es su versatilidad operativa. A diferencia de vehículos terrestres o combatientes, los drones pueden operar en terrenos difíciles, sobrevolar áreas fortificadas y alcanzar objetivos con rapidez y precisión”, señala el profesor desde la capital argentina.
Ahora bien, ¿cómo acceden estos grupos a esta tecnología?
“Los drones detectados en manos de organizaciones criminales son principalmente de origen comercial”, revela Jaramillo desde Bogotá. “Algunos de ellos pueden ser adquiridos por plataformas digitales, por un costo que va entre los 30 y 50 dólares”, precisa el experto de InSight Crime.
“También se ha documentado la proliferación de drones de fabricación casera, ensamblados con componentes adquiridos en línea y sistemas de vuelo programables”, suma al respecto Lodovico Molina.
Y agrega: “Otro factor clave es la disponibilidad de tecnologías de uso dual, aquellas que tienen aplicaciones tanto civiles como militares. Sistemas de navegación GPS, circuitos electrónicos y baterías de alto rendimiento son de venta libre y pueden utilizarse en plataformas de ataque improvisadas”
Un cambio en la dinámica del conflicto
“La introducción de drones ha alterado la naturaleza de los enfrentamientos en la región. Hasta hace poco, las guerrillas y los cárteles dependían de tácticas de emboscada, guerra de guerrillas y control territorial mediante el terror. La llegada de drones les ha permitido expandir su capacidad de ataque y vigilancia, extendiendo el conflicto a espacios antes inaccesibles y generando un impacto psicológico considerable en sus adversarios”, destaca el profesor de la USAL.
Con todo, la profesora de Política y Gobierno de la Universidad Georg MasonGuadalupe Correa advierte sobre la “espectacularización” del tema, “que no ayuda a entender el fenómeno”. “No me sorprende que estos grupos quieran utilizar las tecnologías que están disponibles”, relativiza.
La respuesta de los gobiernos: una estrategia fragmentada
En este marco, la reacción de los gobiernos, según coinciden los expertos, no ha estado a la altura de las circunstancias. “Hay una red de protección política que opera, y que no ha sido desmantelada desde los gobiernos federales, y es un problema hemisférico”, señala la profesora mexicana.
“Hasta el momento, los gobiernos de la región han reaccionado de manera reactiva y descoordinada, con escasos avances en el diseño de una estrategia integral para contener esta amenaza”, analiza, por su parte, el especialista franco-argentino Lodovico Molina.
“Falta mayor inversión y estrategias de prevención de estos dispositivos”, asegura, por su parte, Jaramillo.
El futuro de la guerra en el aire
“El dominio del espacio aéreo se ha convertido en un factor clave en la lucha contra la insurgencia y el crimen organizado en América Latina. Si los gobiernos no logran adaptarse a esta nueva realidad, corren el riesgo de perder el control de los cielos ante grupos cada vez más sofisticados y mejor equipados”, concluye y advierte a la vez, Lodovico Molina.
(ms)