14 de septiembre de 2024

¿Podría la OTAN entrar en guerra contra Rusia? La audaz tesis del líder del Kremlin causa poca preocupación en la OTAN. ¿Por qué? Bernd Riegert reporta desde Bruselas.

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Las recientes amenazas del líder ruso Vladimir Putin a la OTAN no han provocado reacciones en Bruselas. Putin aseguró recientemente que si los Estados de la OTAN permitían a Ucrania utilizar misiles occidentales contra territorio ruso, la OTAN entraría en guerra con Rusia.

El viernes (13.09.2024) no estaba claro si la alianza militar tomaría siquiera en cuenta las declaraciones de Putin. El secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha declarado en repetidas ocasiones que la OTAN no participará activamente en la campaña de defensa ucraniana contra el agresor ruso.

En la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) celebrada en Oxford en julio, Stoltenberg declaró: “No vamos a participar en este conflicto. Apoyamos a Ucrania en la destrucción de aviones de guerra rusos, pero no intervendremos directamente”. La OTAN tiene dos tareas, había dicho el secretario general en junio durante una visita a Washington: “Una tarea es apoyar a Ucrania. La otra es evitar que el conflicto se convierta en una guerra a gran escala entre Rusia y la OTAN en Europa”. La OTAN sigue siendo una alianza de defensa, dijo Stoltenberg, el agresor es Rusia.

La escalada viene de Moscú

Putin volvió a afirmar el jueves a un periodista en San Petersburgo que reaccionaría a las amenazas de la OTAN, aunque no detalló exactamente a qué se refería con esto. El dirigente ruso ha hecho declaraciones similares en varias ocasiones. Sus confidentes en el Parlamento ruso habían amenazado incluso con utilizar armas nucleares. La OTAN es la culpable del conflicto y el motivo de la “operación militar” en Ucrania, había afirmado Putin ya el primer día de su ataque a Ucrania, en un discurso televisado el 22 de febrero de 2022.

“La invasión a gran escala, las siempre nuevas oleadas de ataques contra Ucrania, el bombardeo de la población civil, la escalada de la guerra ha venido repetidamente de Rusia. Si alguien está intensificando la guerra, es Rusia”, dijo en Varsovia el secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken. También se refirió a los misiles que, al parecer, el ejército ruso está comprando a Irán. Por otra parte, el Tribunal Internacional de Justicia ha pedido a Rusia que cese sus ataques. La Corte Penal Internacional de La Haya emitió una orden de detención contra Putin por presuntos crímenes de guerra.

Misil de crucero ATACMS, una de las armas que tienen uso limitado en Ucrania.
Podrían caer las restricciones al despliegue de misiles de crucero estadounidenses: las bases aéreas rusas podrían convertirse en objetivosImagen: U.S. Army/Avalon/Photoshot/picture alliance

No hay que sobrestimar la importancia de Putin

El primer ministro polaco Donald Tusk no quiere preocuparse por las últimas declaraciones del líder ruso. “Todos los acontecimientos en Ucrania y en el frente ruso-ucraniano deben tomarse muy en serio, pero yo no daría excesiva importancia a las declaraciones del presidente Putin”, declaró Tusk a la prensa en Varsovia.

Blinken le aseguró que Estados Unidos y Reino Unido estaban analizando si las armas occidentales de largo alcance podrían utilizarse contra objetivos en Rusia, en vista de la situación militar. Hasta la fecha, Estados Unidos y otros Estados de la OTAN sólo han permitido a Ucrania utilizar armas occidentales en territorio ruso de forma muy limitada. Las directrices de despliegue siempre se han adaptado a la evolución de la situación en el campo de batalla y así seguirá siendo, según Blinken.

En los ya dos años y medio de guerra, los aliados occidentales fueron al principio relativamente cautos a la hora de suministrar al ejército ucraniano balas, tanques, obuses, munición, misiles de crucero y, por último, aviones de combate. Siempre existió el temor de que una excesiva implicación pudiera provocar a Rusia. Como Rusia no da señales de poner fin a la guerra, se han ido levantando gradualmente muchas restricciones.

Ahora Ucrania podría estar a poco de recibir el permiso para usar misiles estadounidenses contra instalaciones militares en el interior de Rusia. Sin embargo, muchas restricciones siguen vigentes. Italia impide el uso de sus armas en territorio ruso. Bélgica insiste en que los cazas F-16 entregados por Bruselas sólo pueden atacar objetivos en el espacio aéreo ucraniano. Alemania no suministra misiles de crucero Taurus. Esta es la línea roja para el canciller alemán Olaf Scholz. A principios de julio, prometió en el Bundestag que Alemania, aunque apoya a Ucrania, no será parte de la guerra.

Putin, difícil de evaluar

En una rueda de prensa con periodistas internacionales en San Petersburgo en junio, Putin rechazó indignado la idea de que Rusia quisiera atacar a la OTAN. “¿Se volvieron locos? ¿A quién se le ocurrió eso? Es una tontería. Es una absoluta tontería”, respondió a un periodista.

Sin embargo, es difícil calcular cómo y cuándo reaccionará Putin ante lo que pueda considerar una provocación de la OTAN. En la Conferencia de Seguridad de Múnich de febrero de 2024, el experto Andreas Umland, del Centro de Estudios de Europa del Este de Estocolmo, afirmó que hay un “rasgo de demencia” en las decisiones de Putin. “Hay una incertidumbre residual sobre la racionalidad de los dirigentes rusos que está haciendo que los políticos de seguridad se preparen para el peor escenario posible, una guerra con Rusia”, declaró Umland en una radio bávara.

El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, tampoco se cansa de advertir que una Rusia autoritaria es la mayor amenaza para la OTAN. En un plazo de cinco a ocho años, Rusia podría estar en condiciones de atacar a la OTAN. Pistorius lleva diciendo desde 2023 que es necesario estar preparados para la guerra. Rusia ha aumentado considerablemente su armamento en los últimos años, incluido el nuclear. Por ello, Estados Unidos quiere emplazar en Alemania nuevas armas de medio alcance, que también podrían estar dotadas de armamento nuclear.

(mn/rr)

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