Con tres reformas cursando en el Congreso Nacional, múltiples sectores se han quejado debido a la carga que el Poder Ejecutivo ha impregnado en ambas cámaras legislativas.

El 18 de agosto de 2021, por motivos de cumplir su primer año como Presidente de la República, Luis Abinader pronunció un discurso desde el Palacio Nacional en donde señaló que estaría convocando un “diálogo nacional para conocer 12 reformas, que luego se ampliarían a 16, en búsqueda de “mejorar la institucionalidad y funcionamiento estatal” en el país.

Las reformas apuntadas en esa primera oportunidad fueron la constitucional, la fiscal, del sector agua, de calidad educativa, electoral, eléctrico, hidrocarburos, laboral, medioambiente, recursos Naturales y cambio climático, reforma y modernización de la Administración Pública, política exterior y migración, salud, seguridad ciudadana y reforma policial, seguridad social, transformación digital y de transporte.

“Con todas estas reformas pretendemos potenciar al máximo las enormes posibilidades de futuro que tenemos como país. Por eso quiero hacer un llamado a todo el liderazgo político, social y empresarial para que unidos podamos cambiar a la República Dominicana. Las diferencias políticas son buenas y sanas en una democracia, pero les pido que en este propósito de transformación cesen para poder abordar estas reformas todos juntos”, fue lo dicho por Abinader en esa oportunidad.

Con la promesa de no discutir ni la constitucional ni la fiscal en esa oportunidad, Abinader logró que la oposición política accediera y junto a representantes de diferentes sectores de la sociedad, se establecieron distintos mesas de dialogo con el Consejo Económico Social (CES) de mediador entre las partes.

El denominado “diálogo por las reformas” se extendió por varios meses, aunque sin resultados concretos y ya para mediados del 2022 el mismo había llegado a un “punto muerto”; para ese momento, toda la sociedad se preparaba de cara a los torneos electorales del 2024 y las reformas serian prácticamente relegadas a un segundo plano en el ámbito nacional.

Luego de que en las elecciones presidenciales y congresuales Abinader quedara reelecto por otros cuatro años y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) con el control total de ambas cámaras del Congreso Nacional, el Poder Ejecutivo volvió a poner sobre la marcha, con el propio mandatario siendo el principal vocero de las modificaciones a la Constitución, las reformas del Estado.

A tan solo semanas del torneo electoral, el Gobierno afirmó que durante los próximos cuatro años van a aprobar más de 12 reformas, en búsqueda de fortalecer la institucionalidad del país y de la administración pública.

El vocero de la Presidencia, Homero Figueroa, agregó en esa oportunidad que ya se está diseñando la estrategia de comunicación para consensuar este amplio proceso de manera transparente, atendiendo las necesidades de sectores tanto mayoritarios como minoritarios.

“El presidente ya ha hablado de una reforma Constitucional, una reforma laboral, lo que manda la Estrategia Nacional de Desarrollo que es un pacto fiscal; toda la batería de reformas que durante 30 años los dominicanos ha estado esperando para que tengamos un país que dé respuesta a todos los ciudadanos”, explicaba Figueroa.

La primera de esas propuestas de reforma que llegó al Congreso Nacional fue la constitucional, la cual busca reducir 22 curules de la matrícula de Cámara de Diputados, unificar las elecciones presidenciales y congresuales con las municipales para el 2032, la creación de un artículo que dificulta la modificación a los actuales términos de la elección presidencial y poner un transitorio que le impida a él volver a postularse; establecer la escogencia de la figura del Procurador General de la República a través del Consejo Nacional de la Magistratura, además de sacar su figura de ese organismo e incluir al presidente del Tribunal Constitucional, y la creación de la Oficina del Abogado General de la Administración Pública, como dependencia del Poder Ejecutivo.

Todas esas modificaciones fueron aprobadas por la Asamblea Nacional Revisora y aprobarán de manera definitiva todas esas propuestas para que sea promulgado por el mandatario.

Luego a la sede del Poder Legislativo llega la reforma fiscal, mediante la cual pretenden eliminar las exenciones a sectores como el cine y el turismo mientras que aumentarán los impuestos a las bebidas alcohólicas, a las bebidas azucaradas y el marbete; además de gravar los servicios ofrecidos a través de las distintas plataformas digitales buscando la recaudación de más de RD$ 122 mil millones al año que serían reinvertidos en temas de seguridad ciudadana, la construcción del Sistema Integrado de Transporte, la mejora de los servicios que ofrecen los gobiernos locales, la recapitalización del Banco Central, la mejora de la atención primada en los distintos centros de salud y en la reducción del déficit fiscal del sector eléctrico.

El proyecto fue enviado a la comisión de Hacienda por la Cámara de Diputados y debido a los múltiples desacuerdos expresados por varias corrientes políticas y empresariales, además del rechazo de la ciudadanía, someterán la misma a vistas públicas.

Apenas días después del sometimiento de la fiscal, el Poder Ejecutivo introduciría la reforma laboral la cual contiene cambios en los artículos referidos a la judicialización de los procesos laborales, un tema muy demandado por el sector empresarial.

La reforma también permite al sector empleador tener mayor flexibilidad en los horarios laborales, lo que facilita que se puedan poner de acuerdo con sus trabajadores para fijar los días que sea de mayor beneficio para la empresa.

Críticas y defensas

Con tres reformas cursando en el Congreso Nacional, múltiples sectores se han quejado debido a la carga que el Poder Ejecutivo ha impregnado en ambas cámaras legislativas; además de que varios aseguran de que es una “estrategia” del Gobierno para que haya menos capacidad de responder en contra esas propuestas.

Contra eso, varios funcionarios han salido a la defensa de las propuestas del presidente Abinader, incluyendo al ministro de Administración Pública, Sigmund Freund, quien expresó que la oposición está aturdida y “abrumada” por el paquete de reformas simultáneas acometidas por el Gobierno.

“Entonces la oposición está abrumada por el ritmo de las reformas. El Pte. @luisabinader prometió una ola de reformas luego de su triunfo y está cumpliendo con sus promesas, así que sugiero a la oposición que acelere el paso porque los cambios no se detienen. ¡Seguimos!”, expresó el titular del Ministerio de Administración Pública (MAP).

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